Hotel Dolce Sitges: un oasis en medio del Parc Natural del Garraf

El hotel no se encuentra en medio de la ciudad, sinó que está construido en una colina, cosa que permite que todas las estancias del mismo tengan unas vistas increíbles.

Empezamos nuestro fin de semana descubriendo una de las habitaciones más bonitas dónde hemos tenido la suerte de alojarnos. En concreto, nosotros nos alojamos en una habitación ejecutiva, que son las que tienen vistas al mar, ¡y qué vistas! La habitación es grande, con una cama enorme y muy cómoda, zona de descanso junto al ventanal y una terraza privada dónde disfrutar del amanecer. Además, en la habitación había todo lo necesario para una estancia 10: albornoz, zapatillas, minibar, secador de pelo, amenities o plancha para la ropa, entre otros.


Después de instalarnos, bajamos a comer al DDB Dolce Deli Bar, un pequeño restaurante cerca de la zona de piscinas, especializado en hamburguesas (tienen opción vegetariana) y con una gran variedad de platos y tapas delicatessen. Nos sentamos en la terraza y con el solecito del mediodía estuvimos la mar de a gusto.

Dolce Deli Bar


Piscinas, zona de aguas y Dolce Vital Spa

Aprovechando que aún teníamos un rato antes de nuestro masaje, tomamos el sol en la zona de piscinas. Tienen piscinas de varios tipos, hasta una para hacer largos. Esa en especial le encantó a Sergi, que él es mucho de nadar. Además, las vistas desde ahí son preciosas ya que se ve todo el mar.

Dolce Sitges


Había llegado el momento de darnos nuestro masaje. Subimos a la habitación, nos pusimos nuestros albornoces y bajamos directamente con el ascensor al Dolce Vital Spa, donde, al contrario de los bares y restaurantes, sólo pueden acceder los huespédes del hotel, ya que va con la tarjeta de la habitación.

Primero nos hicieron rellenar un cuestionario dónde se nos pedía cómo queríamos el masaje, algo que creemos es de vital importancia ya que no a todos nos gusta lo mismo, o nos duele en los mismos lugares. Y después de 45 minutos de gloria, sólo podemos decir, de verdad, ¡qué maravilla! Fue una experiencia perfecta: los masajistas fueron increíbles y muy amables, la cabina estaba cuidada al detalle y lo mejor, nos dejaron la espalda y las piernas como nuevas.

Aún nos quedaba un rato antes de ir a cenar, así que lo aprovechamos para ir a la zona de aguas: nos dimos unos baños en sus piscinas, probamos el jacuzzi y estuvimos en la sauna de vapor. No hay mejor manera de prepararse para una buena cena que ésta.


Cena en el restaurante Esmarris

Fuimos a cenar al Restaurante Esmarris, dentro del hotel, y nos pareció de una calidad increíble. Tanto humana como gastronómica. Nos decantamos por un menú de temporada, el cuál consistía en 3 platos acompañados cada uno por un vino diferente: los primeros fueron ensalada de rillettes de pato con granada y setas variadas en escabeche ligero para Sergi y ensalada de tomate con mousse de parmesano, setas y gelatina para mi (Triana).


Los segundos, dentón con parmentier de tupinambo, setas botón confitadas con cítricos y bimi para mi y lomo de corzo a la parrilla con boniato en texturas, pak choy y cebollitas al Palo Cortado para Sergi.


Y los postres elegimos compartirlos y pedimos uno de cada: sablé de vainilla con crema de castaña, sorbete de coco y gelatina de mandarina y cubo de manzana y miel, sopa de verbena, helado de yogur y granizado de piña.


Estaba todo espectacular. Y repetimos, la atención del servicio fue impecable. Siempre atentos en todo momento, cuidando cada detalle. Eso hace la diferencia entre recomendar o no un lugar, las personas que trabajan en él, y en el Dolce Sitges nos trataron de maravilla.

Y la mar de felices y afortunados, nos fuimos a descansar a nuestra súper cama. A la mañana siguiente queríamos despertarnos pronto para ver el amanecer desde nuestra terraza.


Un amanecer de película

Y así fue. Nos despertamos a las 7:30h y pudimos ver uno de los amanecer más bonitos y más mágicos que hemos visto. Los dos sólos, arropados con la manta, escuchando los pájaros que se despertaban… de verdad, éstas cosas hay que vivirlas al menos una vez en la vida.


Para finalizar nuestra estancia en Dolce Sitges, decidimos darnos un capricho y pedir que nos subieran el desayuno a la habitación. Nunca habíamos pedido un room service y la ocasión lo merecía. Aunque tenemos que decir que vimos el buffet de desayuno y era es-pec-ta-cul-ar. Para los amantes del desayuno como nosotros, ese lugar es el cielo!


No podemos hacer más que recomendaros que viváis una experiencia gastronómica y relajante como la que hemos vivido nosotros en el Dolce Sitges. Cada detalle está cuidado al máximo, tanto de las habitaciones, como del restaurante, la amabilidad del staff… todo! Te aseguramos que no vas a querer irte nunca de este hotel. Os dejamos por aquí la web por si queréis mirar disponibilidad, opiniones, precios y más fotografías.

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